
Al final, en el último instante, Patxikotxu apareció hecho un figurín, con liftin facial incluido y tras saludar a Pantxika enfilaron hacia los arrabales de Durango que es donde vive la mayoría de la gente.
¡Qué pesados! al final ya se han ido; ya nos quedamos tranquilos y a ver si recuperamos el ritmo de sueño.
Vivir en el casco viejo debería desgravar.
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