Se trataba de una mujer que a pesar de su avanzada edad, hasta el último día de su vida, permaneció tras el mostrador del establecimiento. Atendía con extremada atención a cada uno de sus clientes preocupándose por los avatares de cada vecino o vecina.
Al final, su fragil cuerpo cedió y la librería quedó vacia.

La librería albergaba en su interior miles de volúmenes que en ocasiones permanecían ocultos en las segundas filas de las estanterías, esperando que algún curioso se atreviese a mirar detras de las novedades; ahora, cuando sus familares han decidido cerrar el negocio, todos estos artículos etiquetados en pesetas buscan un comprador de saldo.


Mariano, viudo de Mª Jesús, os atenderá si os acercáis hasta la tienda de Andramari.

1 comentario:
La de horas que habremos pasado los clientes esperando en esa tienda cuando Maria Jesus Mandaba a Mariano al almacen.
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